A principios de este mes, Gustavo Lerner, de Verimatrix, participó en un seminario web de Dataxis para hablar de las últimas tendencias en eventos deportivos pirateados en toda América Latina.

Las empresas mundiales de piratería y los dispositivos gravemente comprometidos son marcas registradas de la era del Coronavirus, que atraen a los espectadores a un ciclo económico rentable que aparentemente beneficia tanto al cliente como al proveedor. Las plataformas de streaming ilegales están ganando mucho dinero al reducir por completo los derechos de licencia y mostrar contenidos muy codiciados a un público hambriento que busca ahorrarse un dineral en entretenimiento.

Los deportes son un componente enorme de este rompecabezas, ya que los latinoamericanos siguen de cerca las ligas de fútbol de todo el mundo, lo que convierte a la Premier League, La Liga y otros eventos deportivos relacionados con clubes en un enorme objetivo de piratería. La policía del Reino Unido y de otros países ha empezado a tomar medidas contra las redes de piratería ilegal, algunas de las cuales cuentan con hasta dos millones de abonados de pago. Los clubes de la Premier League pierden aproximadamente 1,2 millones de dólares por partido retransmitido ilegalmente, lo que hace que los posibles problemas legales merezcan la pena para muchas de estas organizaciones de piratas.

El modelo es sencillo y lucrativo: Los streamers ilegales roban contenidos de entretenimiento, deportivos y de otro tipo muy solicitados que, con toda seguridad, atraerán a los espectadores de una plataforma de streaming más creíble y, probablemente, más cara. Dado que el contenido es robado, se elimina por completo cualquier coste relacionado con el pago por el derecho a retransmitir, lo que permite a estas redes de piratería cobrar una pequeña e imbatible cuota de suscripción. Si la plataforma ilícita atrae a una gran audiencia, también podría atraer a anunciantes que pagaran por clic, disparando el margen de beneficios de la piratería.

Sin embargo, seguir el rastro del dinero no es imposible. Los avances en tecnología forense y sus consiguientes aplicaciones creativas han allanado un nuevo camino para los creadores de contenidos que luchan por asegurar su producto. La marca de agua es una herramienta muy sofisticada que detecta e identifica el origen de un vídeo pirateado. Cada reproductor de vídeo tiene una marca de agua única, lo que permite una trazabilidad sencilla pero precisa. Cuando se aplica con éxito, la marca de agua puede actuar como un policía encubierto contra los piratas que, sin saberlo, extraen contenidos de un dispositivo o los distribuyen ilegalmente.

Además de la marca de agua y de saber adónde va el dinero, la educación del público es un componente clave para garantizar que los contenidos se vean de forma segura. No todas las plataformas son iguales, y muchas plataformas de streaming pirata ofrecen una alternativa que ya existe dentro de un servicio de streaming seguro y legítimo. Al incorporar la marca de agua a la estrategia de anti-piracy , tanto los espectadores como las plataformas de streaming pueden beneficiarse de una experiencia de visionado segura y legítima.