En el contexto del desarrollo de software, "beta" designa una versión previa al lanzamiento. Es una etapa intermedia entre la fase de desarrollo (alfa) y la versión final, pulida, que llega al público o a cualquiera que sea la base de usuarios prevista. Y suele haber mucha expectación, sobre todo cuando se trata de productos muy esperados. Estas versiones beta suelen lanzarse para detectar fallos, recabar opiniones de los usuarios y perfeccionar la aplicación antes de su lanzamiento oficial. 

Sin embargo, cuando se trata de aplicaciones móviles, el reciente anuncio de servicio público del FBI revela una amenaza creciente para la ciberseguridad: los ciberdelincuentes utilizan cada vez más la "historia" de las aplicaciones móviles como un señuelo de marketing para conseguir que los usuarios descarguen aplicaciones móviles beta falsas. Se trata de otra forma de utilizar la ingeniería social en beneficio de los ciberdelincuentes, y parece que les está dando buenos resultados, según el FBI.

Entonces, ¿por qué son peligrosas las llamadas versiones beta, aparte del hecho obvio de que son creadas por malos actores? Principalmente porque no se someten a los controles y revisiones de seguridad que las tiendas de aplicaciones aplican a las versiones oficiales. Esto no quiere decir que las tiendas de aplicaciones sean responsables de la seguridad general de las aplicaciones (la responsabilidad recae plenamente en el desarrollador), pero esta falta inicial de los controles más básicos ofrece un campo de juego abierto para que los malhechores hagan lo que quieran, permitiéndoles incrustar código malicioso que puede desviar información de identificación personal (PII), obtener acceso no autorizado a cuentas financieras o incluso hacerse con el control de los dispositivos.

El modus operandi es bastante sencillo. Un usuario, potencialmente seducido por un esquema de phishing o un conocido en línea aparentemente genuino, es dirigido a descargar una aplicación de prueba beta, a menudo con la promesa de tentadoras recompensas financieras. Por ejemplo, una aplicación que se hace pasar por una plataforma legítima de intercambio de criptomonedas podría atraer a las víctimas para que realicen inversiones falsas, desviando finalmente sus fondos directamente a las arcas del ciberdelincuente.

Las señales de advertencia de las aplicaciones maliciosas

Los indicadores de una aplicación maliciosa van desde problemas de rendimiento evidentes, como el rápido agotamiento de la batería o la lentitud de respuesta, y la solicitud de una serie de permisos que la aplicación no necesitaría, hasta señales más encubiertas, como instalaciones no autorizadas de aplicaciones o descripciones de aplicaciones sospechosamente vagas y plagadas de errores. El atractivo de las versiones beta reside a menudo en su exclusividad o en la promesa de acceder a funciones de vanguardia antes que las masas. Pero es crucial reconocer que este atractivo es precisamente lo que aprovechan los delincuentes.

Para estar a salvo:

  • Escudriña siempre: Comprueba los antecedentes de los desarrolladores de aplicaciones y profundiza en las opiniones de los clientes. Un elevado número de descargas con escasas reseñas es una señal de alarma.
  • Sé escéptico: Si una oferta le parece demasiado buena para ser cierta, actúe con cautela. Una aplicación que promete grandes beneficios económicos justifica un escrutinio meticuloso.
  • Proteja su información: Por muy genuino que parezca un contacto en línea, nunca compartas información personal, financiera o sensible.
  • Confía pero verifica: Aunque un mensaje parezca proceder de un contacto conocido, mantén la cautela. Los ciberdelincuentes son expertos en disfrazar su verdadera identidad.

Aunque las verdaderas aplicaciones de prueba beta pueden ofrecer un anticipo de la próxima gran novedad en tecnología móvil, los usuarios deben actuar con cautela. Las aplicaciones móviles en fase beta que no sean legítimas son un gran obstáculo. Priorice siempre la seguridad a la novedad. Los ciberdelincuentes apuestan por que los usuarios se adelanten a los acontecimientos y no se percaten de los indicadores más evidentes.

¿Qué pueden hacer los equipos de seguridad y desarrollo de aplicaciones móviles para reforzar la confianza en las betas legítimas?

Por supuesto, esto sólo afecta a las aplicaciones móviles legales que salen al mercado. La seguridad de las aplicaciones móviles no puede ser una ocurrencia tardía. De hecho, debe formar parte del propio proceso de desarrollo, lo que hace aún más obvio que los esfuerzos para reforzar las defensas de las aplicaciones deben desempeñar un papel central en el proceso beta de cualquier aplicación, por no hablar de la versión principal finalizada y las actualizaciones en curso. 

Y no hay necesidad de dejar que los costes o las preocupaciones relacionadas con la complejidad o el talento se interpongan en el camino, ya que hay enfoques de código cero para proteger automáticamente las aplicaciones, detectar conexiones salientes fraudulentas y ofuscar el código para defenderse de los posibles piratas informáticos. Promocionar la solidez de tu móvil y las medidas que tomas para protegerlo de forma proactiva puede ser un factor diferenciador en el mercado. 

Verimatrix XTD no sólo protege las aplicaciones de forma proactiva, sino que también permite a los desarrolladores supervisar las acciones de las aplicaciones y descubrir posibles señales de fraude y otras acciones, lo que en última instancia les permite tomar medidas personalizables, como cerrar una instancia de aplicación incluso en un dispositivo de consumo no gestionado. Y puede empezar rápidamente con nuestra integración de código cero, compatible con su CI/CD. Más información aquí.